Luego de la detonación de un fuego artificial y el consabido ulular de las sirenas de los barcos surtos en la bahía, que daban cuenta de la llegada del nuevo año, pasados cinco minutos de la medianoche, se inició el tan esperado lanzamiento de fuegos artificiales en diversos puntos de Valparaíso y Viña del Mar.
Para el público que se congregó en diversos sectores del borde costero, los que llegaron premunidos de mesas, sillas y gran cantidad de comestibles y bebestibles, para disfrutar de la larga espera de la llegada del nuevo año, el lanzamiento de las primeras bengalas desató la algarabía entre quienes se encontraban en el lugar.
El show pirotécnico tuvo una duración menor a los tradicionales veinte minutos de antaño, lo que no impidió que los asistentes reaccionaran de la misma forma, es decir, con gritos y aplausos junto con el estallido de los mismos.
A pesar de lo anterior, algunos visitantes señalaron que el show pirotécnico, preparado por una empresa colombiana, fue de menor calidad que los anteriores que tradicionalmente estaban a cargo de la española Igualt.
Las principales observaciones hacían referencia a que: “se demoraron mucho en comenzar”, “no hubo tantas detonaciones” y “menos coloridos que antes”.