Derecha logra preacuerdo para apoderarse de la Cámara y comienza a sepultar esperanzas del oficialismo

Representantes de Chile Vamos, de republicanos, del PDG y Miguel Ángel Calisto (DC) y Tomás Lagomarsino (PR) se reunieron ayer, cita en la que se llegó a un consenso de que están los 78 votos para tomar el control de la testera. La idea es transmitir que se quiere hacer un pacto lo más amplio posible, pero que los nuevos sectores políticos que se sumen tendrán que aceptar el liderazgo de la Cámara en manos de la oposición.

Con sándwiches recibió anoche el diputado José Miguel Castro (RN) a una serie de comensales de distintos sectores políticos que acudieron hasta su casa en Lo Barnechea para continuar con las negociaciones de un nuevo acuerdo administrativo que permita liderar la Cámara de Diputadas y Diputados.

A la cita concurrieron los representantes de Chile Vamos, los diputados Juan Antonio Coloma (UDI), Andrés Longton (RN), además del jefe de bancada del Partido Republicano, José Carlos Meza. Únicamente se excusaron por motivos de agenda los negociadores de Evópoli.

No obstante, también acudieron interlocutores de otras fuerzas: los diputados Miguel Ángel Calisto (DC), Víctor Pino (PDG) Tomás Lagomarsino (Radical), cuya presencia fue la más sorpresiva de todas, ya que su colectividad es parte de las coaliciones de gobierno. Además estaba presente el asesor legislativo y coordinador de la bancada PDG, Fabián Poblete.

La presencia amplia daba cuenta -al menos en teoría- de que las fuerzas de derecha, que suman 66 diputados, ya tendrían una base de apoyo para imponer un nuevo(a) presidente(a) de la Cámara. Con ello, no solo se apoderarían de la mesa, también podrían proponer una reconfiguración de la comisiones legislativas, instancias cruciales para definir qué leyes se discuten, situación que sería catastrófica para la agenda del Ejecutivo.

Una de las principales coincidencias del encuentro de anoche fue remarcar el interés por generar un acuerdo que abarque a la mayor cantidad de sectores políticos, incluso, haciendo una invitación a todos los partidos. Sin embargo, ello también daba cuenta de que ahora la derecha -que fue marginada del acuerdo administrativo suscrito en marzo pasado- era la que tenía la capacidad de sumar e imponer sus condiciones.

“Estamos haciendo los esfuerzos para lograr un consenso lo más amplio posible para darle gobernabilidad a la Cámara de Diputadas y Diputados”, dice el diputado Coloma (UDI).

En ese punto coincide Calisto (DC). “Nuestro objetivo principal es generar las condiciones para el acuerdo más amplio posible. Dar gobernabilidad a la Cámara, para lo cual hay que generar un consenso desde la centroizquierda hasta la centroderecha y la derecha, que nos permita un acuerdo para este período, que dé prolongación a esto los próximos tres o cuatro años restantes. Esto es un acuerdo administrativo, no es un acuerdo político. Por lo tanto, hay que restarle dramatismo respecto de quiénes participan y de los partidos que se suman. Buscamos generar un acuerdo lo más amplio posible sin vetos”, señala el legislador falangista dando por finalizado el acuerdo de marzo, en el que participó su colectividad.

Luego de que el Partido Comunista bajara a la diputada Karol Cariola de la competencia por liderar la testera -tras el descuelgue del PDG y la DC a respetar el acuerdo administrativo consolidado a principios de año- desde Chile Vamos vieron una oportunidad de tomar la iniciativa y negociar con los sectores de centro para tener opciones de presidir la corporación.

El inminente acuerdo incomodó al oficialismo -representado por el Socialismo Democrático y Apruebo Dignidad- que han visto cómo un pacto de Chile Vamos, republicanos, la DC, el PDG y algunos independientes podría alcanzar los 78 votos necesarios.

Por ello es que tanto el oficialismo, como el gobierno han sondeado distintas alternativas para contrarrestar la ofensiva y han analizado negociar directamente con la DC, bajo la premisa de que el PDG ya rompió el acuerdo, afectando su credibilidad.

El diputado Juan Antonio Coloma (UDI) fue uno de los asistentes en la reunión de anoche. Foto: Luis Sevilla

Si bien anoche varias fuentes dicen que no se llegó a un acuerdo formal y por escrito, se afirma que sí hubo un preacuerdo de palabra entre los asistentes. “Los votos están”, dice uno de los participantes.

En un ejercicio matemático teórico, los 66 votos de la derecha (republicanos, UDI, RN, Evópoli e independientes como Érika Olivera), sumados a los 9 de la bancada PDG-independiente, más dos DC (al menos) y Lagomarsino llegarían a 78 de 155 diputados (más del 50%).

Si a esa mayoría se le suman otros descolgados del acuerdo de marzo, como Pamela JilesRené Alinco y Carlos Bianchi, superarían los 80, votos más que suficientes para ganar en la primera vuelta de la elección por la presidencia de la Cámara que se realizará el próximo 7 de noviembre.

fuente: latercera.com